jueves, 16 de septiembre de 2010


El duende zahorí. 

Esta página está dedicada a mi duende favorito, porque fue alguien muy especial y muy importante para mí, porque su amistad fue uno de mis mayores tesoros ... Todo lo que aquí veáis está inspirado en él, la música, el fondo... Fue  un duende azul de la buena suerte al que sólo unos afortunados tuvieron la suerte de conocer (muy, muy... pero que muy afortunados). Cuando los "elementos" crecen.... pierden su inocencia... y dejan de ver estos seres feéricos..., esto fue lo que sucedió conmigo... perdí el don de vislumbrarlo y se convirtió en recuerdo.:*)

Uuummm... Santander... ya está todo dicho.
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En el paisaje cántabro... todo está vivo: los arroyos, las fuentes, el viento, las nubes, el bosque, las casas... y esto es así, porque la Naturaleza toda entera... está habitada por unos seres minúsculos que la animan: los duendes.
Los duendes no son seres divinos ni son hombres en miniatura, aunque participan de algunas características humanas y poseeen ciertos poderes sobrenaturales.
Quienes han tenido la ocasión de verlos, afirman que el cuerpo... es más o menos parecido al nuestro, aunque de tamaño mucho más pequeño... No por ser de baja estatura carecen de fuerza y poderes más que humanos. Son capaces de adivinar el futuro, de ver lo oculto, de transformarse en lo que quieren, de hacerse invisibles, de desafiar las llamadas leyes de la Naturaleza... Son estos poderes los que hacen que los hombres sientan hacia ellos miedo y respeto.
En cuanto a su componente humano, lo que mejor los caracteriza son sus inagotables ganas de broma... Hay duendes compasivos, los hay cascarrabias, los hay cantarines... los hay muy diferentes... pero lo que no hay, es duende que no sea juguetón, bromista, amigo de burlas y risas. Quizás, a esto se deben las muchas arrugas que les surcan el rostro... y que los hace parecer más viejos de lo que son en realidad... Aunque hay quien dice que son así y que nunca mueren... Una segunda característica de los duendes, en general, es la compasión... Son, si se me permite la expresión, buenas personas... pues siempre están dispuestos a ayudar a los hombres.
Los duendes pueden ser hogareños... o también pueden ser campestres.... Los duendes hogareños viven cerca de las casas o incluso dentro de ellas y... además de ser muy serviciales, traen buena suerte... A cambio, se contentan con una escudilla de leche, que las amas de casa no deben olvidar ponerles en algún rincón si no quieren ser objeto de alguna de sus trastadas.
El Trastolillo:
El Trastolillo.
De entre los duendes hogareños nativos de Cantabria, el más conocido es el Trastolillo... que vive cerca de las casas y entra en ellas a hacer picardías... El Trastolillo es un ser juguetón, alocado, enredador, burlón y atolondrado que siempre está riéndose.
Tiene cara de pícaro y ojos muy verdes, dos incipientes cuernecillos y un rabillo que casi no se nota.
Vive en las moradas de los hombres y su principal afición es cerner la harina (fuera de la artesa, claro!) por lo que también recibe el nombre de "Diablillo Cernedor"... Otras de sus travesuras preferidas son beber leche, aflojar las trabillas los días de viento y requemar los guisos... Después de todo esto... finge lamentarse por el estropicio que ha causado... (será... travieso!):-)
El Trenti:
El Trenti.


El Trenti.

El Trenti es un duende de los bosques, por ello pasa desapercibido entre la vegetación... Lleva por vestido una túnica de hojas de castaño y musgo que se confunde perfectamente con el entorno... Se alimenta de panojas y endrinas y bebe leche, pero no agua, que es veneno para él... (Vaya!... en fin...)
En verano, duerme entre la maleza fresca al pie de los árboles y en invierno, se refugia en las hondonadas... Es muy bromista... y le divierte esconderse en los bardales al oscurecer para tirar de las faldas a las muchachas, pellizcándolas en las pantorrillas. Feliz con sus travesuras, luego escapa zarzas adentro, dando un par de volteretas...
El Trasgo:
El Trasgo.
Duende que baja de noche por la chimenea, revolviendo y escondiendo las cosas para que nadie las encuentre... Imita los sonidos de todos los animales de la cuadra y asusta a quien duerme con sus ayes y risotadas. De día, y pese a su cojera... (se hizo daño una vez al descender por una chimenea... ((el pobre!!!)))... se sube a los árboles, desde donde tira chinitas a la gente... Forman su traje encarnadas cortezas de aliso, puestas por el revés, cosidas con hiedra.
El duende zahorí:
Todos los duendes que habitan en las montañas de Cantabria no son bromistas como el Trastolillo y el Trenti... Entre los que se dedican a hacer el bien, ocupa el primer lugar, un enanito que no tiene nombre conocido... y a quien la gente llama a veces "enano que todo lo encuentra", "buscador milagroso de las cosas perdidas" o "duende de los extravíos"... Todos los apelativos son justificados, porque verdaderamente, aquel que pierde algo y acude a él para que se lo encuentre recupera la cosa perdida... Ayuda, por tanto, a las personas buenas a encontrar objetos perdidos, pero no socorre a quienes tengan mala intención, burlándose de estos desde su escondite en la espesura.
El duende zahorí... es pequeñito, de cara redonda, nariz larga y afilada, ojos negros grandes y pelo rubio... Su voz es ronca, como si estuviera siempre enfadado, cosa que raramente ocurre, pues le gusta la chanza y tiene risa, larga y burlona.
Siempre va deprisa, cuestas arriba y cuestas abajo, calzado con unas sandalias de piel amarilla o con zapatones de madera de fresno y suela de piedra... Porta una honda y un catalejo con el que ve las cosas más lejanas.
En Cantabria, cuando alguien pierde algo, lo primero que hace es salmodiar esta invocación:
"Duende, duende, duendecito,                         una cosa yo perdí;                                    duende, duende, duendecito,            compadécete de mí."

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