jueves, 16 de septiembre de 2010

La Anjana

Anjana es, frente al desagradable Ojáncano, un ser menudo, hermoso y bondadoso. La Anjana es una hermosa ninfa que no mide más allá de medio metro, tiene los ojos rasgados y sus pupilas son azules o negras y brillantes como luceros, su mirada es serena y amorosa. Tiene unas largas trenzas rubias y se adorna la cabeza con una corona de flores. Su piel es muy blanca.
Tiene una voz dulcísima, como de ruiseñor y una pequeñas alitas casi transparentes, que la hacen parecerse a una mariposa.
Viste una túnica blanca con pintas relucientes y un manto azul que cambia por uno negro en el invierno. Lleva una vara de mimbre verde con una estrella en la punta y una botellita con una bebida milagrosa que cura a los enfermos. Vive en grutas recónditas que son auténticos palacios con el suelo de oro y las paredes de plata. Vive cuatro siglos y puede transformarse en lo que desee y hasta hacerse invisible.
Cuando algún cántabro tiene problemas, invoca la ayuda de la Anjana, que solamente se la prestará si éste es una buena persona. Pero la Anjana también castiga a quien la desobedece.
Parece que el poder de las Anjanas les viene dado por alguna fuerza superior, ya que ellas también pueden ser castigadas, sobre todo si se enamoran de un mortal, que significa renunciar a su esencia. Pero esto es excepcional y, por lo general, lo que distingue a la Anjana es su bondad.

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